Buqui
Era nuestro perrito en nuestra niñez
Mi hermanita lo había traído a casa sin permiso de nuestros padres
La situación económica no daba para mantener una boca más
Pero mi pequeña hermana lo recibe de su amiguita de siempre, de su niñez, porque la Mamá Perra había parido muchos cachorritos, y también sin permiso de sus padres, los regaló todos menos uno que se quedó para ella, a sus amiguitas y amiguitos del barrio
Y jugábamos como si fuera un hermanito más
Nos conocía
Nos esperaba a la vuelta del colegio
Traía el diario a Papá
Rompía las plantas de Mamá
Hacía todas las travesuras con nosotros
Cariñoso, afectuoso con toda la familia y amigos que transitaban por nuestro hogar de Remedios de Escalada
Le hicimos la Cédula de Identidad con todos sus datos filiatorios y su fotografía
También se nos ocurrió incluir sus huellas digitales tal como teníamos nosotros en nuestros documentos. Que lucha para hacerlo. Buqui no quería poner su patita delantera derecha sobre la almohadilla de tinta. Nos tiraba mordiscos sin dañarnos. Hasta que aceptó, rendido, ante nuestra constancia de hacerlo
Y su huella digital estaba en esa Cédula de Identidad emitida por la autoridad, nosotros los chicos de la casa
Se la mostrábamos a vecinos, primos, familia y él movía su colita cada vez que mostrábamos el documento a alguien. Entendía. Sí entendía
Entendía todo. Sabía nuestras costumbres. Nuestras picardías y las acompañaba
Crecimos todos. Niñez. Adolescencia. Juventud
Mi hermana enfermó muy mal y falleció
En esa misma semana encontramos a Buqui muerto
Se fué de tristeza
Nunca más tuvimos otro perro en casa
Daniel
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