jueves, 1 de mayo de 2008

Matu, de Félix

Llegó sarnoso y descuidado
Mi ahijada me llamó por teléfono al trabajo y me pidió si lo podían llevar con su hermana al terreno que hay en mi casa
Le dije que lo llevaran y lo asearan
Lo bañaron. Llamaron a una veterinaria, quien lo revisó y recomendó medicación
Cuando llegó, estaba negro de las garrapatas que tenía. Su pelo es blancuzco con algo amarronado en su pelaje
Además lo llenaron de vitaminas y comida
Terminó que las chicas se cansaron de cuidarlo todos los días y hace tiempo que está bajo mi cuidado y control personal, aclara Félix
Es buenísimo y una compañía agradable y fiel
Esconde los huesos y nadie sabe donde están hasta que de pronto aparece con ellos jugando. Cuando termina desaparecen otra vez
Come fideos. No le gustan ni el pan, ni las aceitunas verdes y negras con las cuales acompaño mi aperitivo.
Lo saco a la calle y siempre está en la vereda. Una vez cruzó la calle en busca de su “amiga” de la otra vereda y casi lo pisa un coche. No lo hizo más.
Cuando llego me está esperando en el jardín, a cualquier hora que sea. Le digo “vamos” y se va a dormir en el sillón que tiene en el galpón del fondo de la casa. Tiene una goma pluma para él. También suele acostarse sobre el pasto fresco en Verano
Es muy limpito. Hace sus necesidades donde se lo indiqué una vez.
Come carne cruda o cocida de la mejor, que suele ser tortuguita, cuadril u otra. También alimento balanceado
Siempre está a mi lado. Es muy compañero. No se despega de mí
Si suena el timbre sale corriendo a ver quien llama. Tiene un oído muy fino.
Si es un conocido le juega y mueve la cola y busca que lo acaricien; y me viene a buscar.
Recibe a todos los que lo acarician. Saluda a todo el mundo que pasa por la puerta
Hay una vecina que le trae facturas y sándwiches de miga. Se los da en la boca. Son muy amigos
Conmigo, dice Daniel, juega con la pelotita de la foto. Nunca deja que se la agarre. Juega al revés de otros de su raza que te la entregan para que la tires lejos. Matu no, se la queda y espera que vos se la saques. Cuando los visito se queda sentado a mis pies mientras hablamos con Félix. Si me levanto, va a buscar la pelotita y “me invita” a que se la saque corriendo de un lado a otro.
Debe tener unos 10 años de edad.
Muy sociable. De excelente carácter. Nunca mordió a nadie.
Persigue ferozmente a los gatos que no conoce. Los corre desesperadamente. Solo se salvan los dos de los vecinos de ambos lados, que son amigos suyos.
Los dos somos la familia, dice Félix

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